jueves, 25 de abril de 2013

Un grupo de hojas

Cuando uno tiene la voluntad de seguir construyendo el camino de su vida, debe tener en cuenta los beneficios que traerán consigo.
El primero y el más grande será siempre la bendición de Dios, en un camino recto, e inmediatamente el ejemplo de lucha, de esperanza y empuje que dejará a sus hijos.

Cuando vi esta imagen, me impresionó bastante que en medio de un pedazo de tierra árida pudiera existir tanta belleza...
Un hombre llevando la posibilidad de descubrir mundos de fantasía, así como felicidad entre un poco de hojas adornadas de trazos y dibujos que dicen: "Soy hermoso...".

Cuánta grandeza en un espacio tan sencillo!
Cuánta luz en un día como cualquier otro...

Observen a esos siete niños...
Y díganme si no se conmueven... porque a mí...
Sólo puedo imaginar la sonrisa de Dios al observarlos.

Está en nuestras manos cambiar el mundo!!
No es labor de nadie criticar ni lamentarse... ni reclamar un futuro mejor...

De la misma manera en que este hombre sostiene entre sus manos aquello que cree cambiará la vida de aquellos siete, asimismo debemos actuar cada uno de nosotros...

Cuáles son tus dones??...
Porque todos tenemos uno... por si no lo habías oído...
Esos mismos deben mostrarse, ofrecerse al mundo.
No a dos, ni a seis... a todos los que tengas oportunidad de llegar!

La vida es una... sí... pero no es sólo una la ocasión de poder servir...

Seamos valientes!!
Mi padre me repetía semanas antes de morir:
"Fuerza y resignación".
Y meses después de su partida entendí que me decía:
Fuerza para continuar y resignación para aceptar lo que se fue... lo que se perdió... lo que nunca volverá...

Pues con esa misma fuerza es que me levantaré cada día hasta que el Todopoderoso disponga y con aquella resignación sabré aceptar que el ayer no vuelve... que podemos equivocarnos y luego rectificar... que no todo se recibe...

No hay mayor felicidad que el dar! Que entregarnos nosotros mismos!
No te duermas!... Existe mucho de ti que esperan los demás!!... Aún siendo desconocidos...

El hombre de esta imagen es un bienaventurado...
Su deseo de llevar alegría y conocimiento a estos niños en un libro, sólo dice una cosa:

"Aún hay esperanza... y con ella, se alcanzan milagros".











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