Hace dos días me llevó a casa un
Señor del cual recibí una gran lección.
Aquí en Lima, en el Invierno, la
ciudad aparece gris y oscura, dejando un rastro de
melancolía tras el
recorrido.
Las pistas mojadas por la lluvia,
para nosotros, pesada y fría, invitan a pensar en el peligro de andar apurados,
ya sea a pie o en auto...
En fin,... personalmente, el
Invierno no me gusta... que venga la Primavera ya!...
- pensaba hasta hace dos días...
hasta que me topé con... nunca le pregunté su nombre...
pero recordaré su rostro siempre...
- Sra... - exclamó - sabe lo que me
enseñó acerca de nuestra ciudad una turista?...
- ¿Qué?... - pregunté extrañada...
- qué podía enseñarnos un extranjero en nuestra propia
patria?... - pensé.
- ¡¡Uds. son afortunados!! -
me dijo admirada...
- ...
- ¿Se han dado cuenta de todas las
áreas verdes que tienen???... ¿De las plantas y árboles que encuentran por
donde quiera que vayan??...
Confieso que lo primero que hice fue
dirigir la mirada a las calles que me rodeaban...
Y si,... vi árboles, plantas
sembradas en las casas. Grandes, pequeñas, pequeñitas,... pero plantas!
- Sr., - prosiguió con el relato - ¡¡Uds.
son muy afortunados!! ¡Por donde quiera que vaya, encontrará esta bendición!!
En mi país no tenemos
esto... Hasta los autos están impedidos de salir todos los días para evitar la
terrible contaminación...
- ...
- Lo que me dijo esta señora me
impactó increíblemente... - señaló aquel hombre sonriendo - Se da cuenta de que
es cierto??
- ... Sí... - contesté.... - porque
desde el principio de nuestra conversación hasta aquel instante, a lo largo del
camino no dejé de descubrir hermosas plantas. De diferentes especies,...
jóvenes y viejas,... enormes y muy pequeñitas,... pero plantas!!... Seres
vivos que purifican el aire! Nuestro aire!...
Fue entonces que hubo una pausa. La
tomé yo para agradecer a Dios por aquel maravilloso e invalorado regalo. Un
regalo recibido hacía mucho. El tiempo suficiente como para también ser,... no
tenido en cuenta?...
Y la tomó él quizás para disfrutar
en el silencio de la inspirada alegría interior...
- ¿Sabe? - exclamé - Ud. me acaba
de dar una gran lección... Gracias por compartirla. De verdad,... es maravilloso,...
¡Ahí están!... ¡Mire!.... ¡Y mire!.... -
Nos la pasamos viendo cada árbol,
cada jardín y cada plantita sembrada en el camino... Riendo como chiquillos...
Con aquel orgullo bueno....
El orgullo de ser bendecidos... de
reconocer que a pesar de tantas cosas, aquellas innumerables áreas verdes nos protegen,...
nos adornan,...
Enriquecen nuestro país. Pero ante
todo,... enriquecen nuestro espíritu si sabemos responder con gratitud.
No dejes de mirar a tu alrededor si
vas por la ciudad de Lima....
Y da gracias por las manos que, por
disposición Divina, ayudaron a que tanto fuera posible...
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